El Cencerro concretó por décimo primera vez su venta anual desde la Sociedad Rural de Rauch, colocando una gran oferta de toros y vientres de buena manera ante la frialdad que hoy dispone el Covid-19, que solo permite asistencia autorizada y hace conjugar el vivo con el internet.
La jornada primaveral en la Capital del Remate Feria reflejaba que estamos en pandemia: pocos autos, varios enfermeros, test para los visitantes y un despliegue de cámaras y teléfonos para que los que no podían llegar a las tribunas los siguieran por internet. La suerte estaba echada y era momento de que los ejemplares pisaran la pista para que el martillo de Ricardo Arzoz comenzara a sonar.
Con la consignación de Sucesores de Bivio y Cía. junto a Arribere, Ugarte y Cía., todo se disponía para que la tranquera se abriera y los toros empezaran a desfilar. Lote a lote los P. Hereford PR desplegaban todo su estado y calidad, y tanto los aptos para vaquillonas como el resto eran abiertos rápidamente para darle ritmo a la subasta.
Con pre ofertas en la previa, y otros que directamente se presentaron en la pista, las manos se fueron levantando toro a toro para rápidamente vender veinticinco de los veintisiete puestos a disposición de los compradores. A valores de mercado las elecciones de los Pampas fueron constantes, y cuando aparecía alguno destacado o apto para vaquillonas los pesos eran más generosos por parte de los oferentes.
La clásica oferta de vientres que año a año ofrece la familia Pereyra Iraola y Tezanos Pinto volvió a desplegar clase y calidad a la hora de ver vaquillonas parición primavera y otoño. Compradores reincidentes y otros que no pudieron en años anteriores pujaron rápidamente por “la fábrica” de la ganadería que demostraba el trabajo a conciencia que realiza El Cencerro.
El cierre de la jornada lo tuvieron cuatro lotes de vacas destacadas en estado y productividad, que generaron la puja inmediata entre los presentes y los que estaban del otro lado de la línea. Rápidamente el Martillo tresarroyense se fue bajando para coronar una jornada distinta y particular, que lo único que no tuvo diferente a otros años fue la clase y calidad que desplegaron en su totalidad los ejemplares Polled Hereford.