En una jornada cien por cien ganadera, Cabaña Santo Domingo de De La Tour coronó su gran venta anual en la Rural de Balcarce donde se conjugaron, además de las excelentes haciendas, compradores en la tribunas y desde la casa dispuestos a pujar por la genética ofrecida en pista.

La tarde casi primaveral de este martes 24 de agosto fue la testigo de un evento bien Hereford gestado por Alejando De La Tour, quien acompañado por la Consignataria Fontana y un grupo de criadores de la raza, lograron tener en Balcarce un día bien pampa. Vientres y toros desfilaron por la pista desplegando toda la genética que la cabaña expone para que los productores lleven a su rodeo.

Vaquillonas preñadas PR, seguida de vacas y un conjunto de terneras, rompían el hielo en lo que era la pista central y también daban inicio a la trasmisión por internet, que sumaría oferentes del otro lado del teléfono. Con la agilidad que impone esta época de conjugar presencia con virtualidad, Horacio Fontana fue llevando bien el timón de lo que era una venta mixta con manos que por momentos se demoraban en levantar.

El pedigree pisaba la pista con dos terneras y una vaquillona preñada para que el ojo selectivo de los criadores dijera presente. Los teléfonos empezaron a sonar y el futuro de la raza expuesto por Santo domingo tuvo su recompensa con el precio final.

Momento de los reproductores,  y la tranquera la abría el primer toro PP, seleccionado por la cabaña, para que los compradores se lleven un padre bien Hereford para su rodeo. Interés notorio, pre ofertas que empujaban, hacían que la jornada avance al ritmo que imponía el martillero, y tanto los pedigree, registrados como los S/ tenían aceptación constante ni bien pisaban la arena.

Uno a uno los padres pampas fueron pasando por el ring central de venta, y con la selección que caracteriza a quienes conocen lo que ofrece la Cabaña, los precios fueron fluctuando, dejando en evidencia que no había ni cabeza ni cola de remate. Un loteo a conciencia por parte de Alejandro y equipo demostró que hoy había un toro para cada uno de los interesados, ya que por cada trío no hubo más que elección, sin darle lugar prácticamente a la obligación.

En un martes donde brilló el sol, los Hereford dijeron presente en Balcarce, dejando bien marcada la huella de una raza que sigue firme en su andar, con la constancia y pasión que cada cabañero le pone día a día cuando sale a trabajar.