Toda una fiesta ganadera y familiar se vivió cruzando las vías en Cachari, porque llegaron los 30 años de Hugo Aristegui, y como no podía ser de otra manera, se celebraron con un gran encierre digno de una exposición, para mostrar y demostrar de que se habla cuando se menciona la ternerada de la Cuenca del Salado.

Como toda celebración de cumpleaños cada momento tiene su característica especial, y lo sucedido en la tarde de este jueves 17 de marzo fue un claro ejemplo de ello. Con torta, comida e invitados la feria del cacharisense tenía todo lo que requiere un evento de este tipo, asique no había más que seguir la camioneta y escuchar las ofertas de una demanda dispuesta a comprar.

Como toda fiesta el plato fuerte se lleva las miradas, y los terneros y terneras de hoy en Cacharí sorprendieron a más de uno por su clase y calidad.  Bien al estilo exposición las filas de machos y hembras se distribuyeron de manera tal que todos pudieran apreciar el estado de un conjunto de hacienda difícil de igualar.

En todo cumpleaños el animador juega un rol importante, y en este caso ante semejante acontecimiento la jornada requirió de dos, por eso Ricardo y Tomás Arzoz se repitieron las acciones para sacar adelante una venta marcada por la agilidad. Toda la invernada se colocó ante las importantes manos que se acercaron a lo de Hugo, y como cuando los chicos pelean por algo en la piñata, aquí los compradores tironearon fuertemente para poder comprar.

Toda celebración tiene un variado y de lo salado se pasa a lo dulce y de lo dulce a lo salado, y así pareció suceder cuando avanzaba la tarde y se comercializaban las haciendas a la balanza. Tomás tubo que transpirar la camiseta para poder colocar una gran oferta de vacas, que si bien salieron a valores de mercado, la diferencia entre las de faena y para el campo hicieron que lo salado y lo dulce se pelearan por protagonizar.

La jornada avanzó, y como toda fiesta tiene su momento de sorpresa, si bien en  esta no se entregaba en una bolsita, fue muy grata por la manera en la que sucedió. Un conjunto de vientres preñados y paridos fueron  el regalo que te dan a la despedida, porque con manos generosas, salieron de manera bárbara a valores más que interesantes teniendo en cuenta que solo se vende con 20 días de plazo.

Emoción, felicidad, compromiso, trabajo, seriedad, respeto y un gran respaldo familiar fue lo que se vio esta tarde en el cumpleaños de Hugo, que acompañado ya por su tercera generación, celebró a lo grande y como un grande, mostrando que en Cacharí la calidad y pasión ganadera son un valor fundamental,  el cual con el paso de los años parece reafirmarse más.