Un cumpleaños con restricciones

En Cacharí Hugo R. Aristegui “festejo” su cumpleaños 28, rodeado de hacienda y firmes compradores que se dieron lugar a la cita con los recaudos necesarios, pero con la intención de poder trabajar y sacar la subasta adelante en la tarde gris de este miércoles 18 de marzo.

No era como se planeó hace 30 días cuando se anunció la fecha especial para la Casa, lo único que se avizoraba en el horizonte era la campaña total contra aftosa, pero la bocha cambió de repente y lo que parecían noticias lejanas finalmente nos tuvieron como protagonistas. El Coronavirus atravesó, como al mundo,  cada instalación feria, y la ubicada del otro lado de la vía no fue la excepción, pero así y todo el martillo tresarroyense sonó y lo que con esfuerzo el productor preparó rápidamente se vendió.

Como si esto fuera poco la lluvia también se entreveró en el festejo modificando parte del embrete, que pese a todo mostró corrales interesantes típico de los que uno ve cuando pisa lo de Hugo. Las haciendas a la balanza fueron parte de la tarde, y sin sobresaltos hicieron levantar las manos de los operadores que dijeron, pese a todo, presente.

La disposición municipal pedía solo compradores caminando los corrales, y así ocurrió en la feria de Cacharí, donde el interés sobresalía a falta de tumulto y las ofertas no tardan en verse cuando el comprador la mano soltaba. Machos en principio daban impulso al carro que soliviado transitaba por las calles sin necesidad de escuchar “guarda con el carro” cada vez que avanzaba.

Terneros y ternaras solo eran objetivo de los interesados, y con ofertas de un lado y martillazo del otro la jornada rápidamente fue pasando, dejando un mercado instalado pero el sabor agridulce de que el aniversario no fue completo, no solo por la falta de hacienda anunciada, si no por ese acompañamiento y respeto que genera Hugo cada vez que abre su feria.

La fiesta quedará para otro momento, ahora es tiempo de cargar, liquidar y guardarse unos días en casa, esperando  que la pandemia pase, y la tierra libremente y para todos, en 30 días, del otro lado de la vía, vuelva a volar.

RESULTADO