Cuando el partido parece que se va a poner cuesta arriba es ahí donde debe brotar el equipo, y eso ocurrió este viernes en Tres Arroyos, donde el compromiso y la responsabilidad de Arzoz y Sucesores de Brivio salió a relucir para sacar adelante, de muy buena manera, un remate que en la previa se vislumbraba tomentoso.

Con 686 cabezas encerradas el binomio de consignatarias debía usar todas las estrategias posibles, ya que el 50 % correspondían a haciendas a la balanza, teniendo como principal oferta a las vacas. Una mañana compleja desde temprano en Cañuelas, que se fue agravando por la baja de varios operadores, hacía prever que la garganta de los martilleros iba a trabajar a diestra y siniestra.

El equipo salió a la cancha, y confiado en su solidez, pasadas las 14.30 inició el camino del martillo con la experiencia de Ricardo al mando. Consumo bien colocado, a valores de plaza y sostenido en base a la calidad, marcaban el camino de una camioneta, que con la expectativa de todos, no sabía a qué ritmo podía avanzar.

Las nubes se disiparon, y el verdadero sol de otoño levantó la temperatura en los corrales tresarroyenses, porque la vaca salió al ruedo y rápidamente las manos aparecieron con una necesidad y precio que no concordaban con lo imaginado a media mañana. Operadores de siempre, alguno que se sumó para esta venta, y las ordenes que siempre están en la manga de este equipo, lograron que el martillo de Ricardo y Tomás sonara de muy buena manera, haciendo que las muecas de la cara vayan cambiando de rumbo.

Gordas, manufactura y conserva se colocaron sin envidiarle nada a Cañuelas, y con o sin destino China, sumado a las que vuelven al campo, las más de trecientas embretadas ya eran historia. El toro no fue la vedette como en otros remates porque la necesidad y el estado no estaban conjugados, pero sin demasiados sobresaltos, el joven arzoz liquido todo.

Fila final, de una feria bien armada,  ofrecía lindos lotes de invernada repartidos entre machos y hembras, que con buena calidad, hacían levantar las manos principalmente de protagonistas locales. Los terneros no salieron del libreto que marca la zafra, pero las terneras encontraron manos que le darán futuro de madre, por eso el ida y vuelta con el martillero se hizo interesante, y así lo reflejaron los valores al final.

Lo que parecía que finalmente podía opacar este tormentoso remate eran 3 corrales de vientres preñados usados, que al momento de llegar hasta los corrales las tímidas manos no querían soltar ofertas, pero donde una abrió rápidamente varios los siguieron para no dejar ninguna cabeza sin vender. “Hoy lo importante es vender todo” expresó al final el mayor de los Arzoz, haciendo hincapié en este gran equipo conformado, que ante las paradas difíciles pone el pecho a la situación y hace culto a los 3 mosqueteros, porque hoy todos fueron para uno, y uno fue para todos.