
Rompiendo el hielo en Tandil
La Paz de Antonio Grandío inició la campaña de reproductores en la Rural de Tandil con una gran oferta de toros y vientres Angus, que de manera corriente, y bajo la mirada de buena cantidad de público, se colocaron en una jornada encapotada que pintó la tarde de gris.
Con la consignación de Monasterio Tattersall y la Cooperativa Agrícola Ganadera de Tandil y Vela Ltda., la jornada cien por ciento ganadera iba a tener su punto importante pasadas las 15 horas, cuando Alfonso Monasterio comenzaba a hacer sonar el hierro. Vientres negros y colorados, sumados a los pampas de Ferreiro abrían la tranquera que se cerraría pasadas las 16.30.
Interés marcado por las madres y precios bien de mercado se conjugaron en el ida y vuelta desde el banco a la tribuna, para pasar rápidamente a darle la bienvenida a los toros. El pedigree primero, y el puro por cruza después, iban a tomar el protagonismo de una tarde que se iba despidiendo de la famosa Santa Rosa.
Compradores de siempre, más alguno que se sumaba en esta nueva venta de la Paz, tironearon de un extremo y del otro para hacerse de estos clásicos Angus tandilenses. Martillo combinado entre Alfonso y Jorge Rodríguez, buscaba el dinamismo que necesitaba la tarde para llevar adelante las ventas que, ofertas por teléfonos y manos presenciales, iba saliendo a hierro firme.
Cada uno eligió, tironeo, y se llevó su toro para que a Don Grandío no le quedaran dudas que su clientela dice presente siempre, y con pesos más o pesos menos, los reproductores llevarán la genética a diferentes rodeos, dejando la motivación constante de que en 365 días, Tandil, La Paz y las manos se vuelvan a encontrar.