
No hubo lluvia que parara el carro
En una jornada gris, y con las lluvias como compañeras constantes, Ferias Rauch concretó un remate más desde la Sociedad Rural, donde además de encerrar buenos lotes de hacienda, agrupó a los fieles compradores que en cada una de las categorías no dejó de ofertar.
Bajo la tormenta que acompañó, no solo en la venta sino en la previa y en lo posterior, la Consignataria rauchense volvió a cargar los corrales con hacienda a la balanza y de invernada, para que los fieles de siempre acudan a la Capital del Remate Feria a comprar. Y pasadas las 15 horas, el carro atracaba en el primer corral para que Pablo San Cristóbal diera la bienvenida y sin mucho preámbulo empezara a rematar.
Lindos lotes de vacas, en sus tres categorías, más los toros, le daban inicio a una venta que como cada mes se destaca por su agilidad. Pablo pedía y enseguida los dedos aparecían, y así fue marcando el ritmo vertiginoso de la primera etapa de la tarde, que a esa hora amenazaba con empezarnos a mojar.
El carro avanzó y al llegar la invernada la lluvia volvió a ser protagonista porque, como estaba pronosticado, se volvió a largar para ser fiel compañera de todos los corrales de invernadas. Terneros primero y terneras para finalizar se fueron a manos firmes, que cada vez que escucharon el pedido del martillero, no dudaron en ofertar.
En menos de una hora el remate del mes de marzo quedó marcado como uno más de la continuidad que busca nuevamente la Consignataria, a la que en este caso la lluvia, como en el anterior, se lo quiso enredar. A armar tropas, despachar guías y cerrar una subasta pasada por agua, a la que le quedó hacienda por ingresar pero que con el trabajo de todo el equipo renovado, no serán difícil de colocar, porque ya sea bajo martillo, o de manera directa, se buscará el mejor negocio y así la venta poder concretar.