No hubo cambio de martillo que cambiara los precios

Colombo y Magliano concretó uno más en Ayacucho, con un muy buen embrete en cantidad y calidad que se vio revalidado por las manos que se acercaron y pusieron la moneda en cada corral de las diferentes categorías  encerradas.

La tarde soleada y calurosa de este viernes 29 de noviembre fue el marco ideal para que el carro avanzara y la subasta se desarrollara de manera ágil y firme del primero al último lote. Carli tomaba la posta en el inicio de las haciendas a la balanza pero la continuidad quedaría a cargo del oriundo de Concordia, Juan Carlos Blasco y el tandilense, Claudio Fuentes.

Tres martillos se repartieron la  jornada con un solo hilo conductor, las buenas manos y agilidad impuestas por los que estaban del otro lado del alambre. La firmeza que se vio en el consumo y gordo, tanto apto para China como consumo interno, se trasladó al buen encierre de invernada.

Machos y hembras  nuevos  recientemente destetados, sumados a los con más años y kilos, se plantaban en los corrales de la Sociedad Rural de Ayacucho y dejaban buenos valores  en las hojitas. Las calculadoras aquí no hacen falta porque todo se vende al kilo, y en ese ahorro de sacar cuentas, el comprador solo tiene que contar si le entran o no en una jaula.

El momento de cerrar la tranquera llegaba con un interesante conjunto de vientres preñados y paridos nuevos, medio uso y usados. La tarde de ventas se prestó para que el productor que vendió en los primeros corrales sus haciendas al kilo, pudiera reponer con un vientre en buen estado y a precio de mercado.

La agilidad y firmeza en todas las categorías marcó el remate organizado por Rolando y que tuvo, como siempre, un completo equipo de Colombo y Magliano respaldando la subasta. El 19 de diciembre,  con la promesa de pan dulce,  se bridará pero principalmente se cerrará un buen año de trabajo en la capital del ternero en  el marco del aniversario 80 de la Casa Consignataria.

RESULTADO