No hay falta de lluvia que frene la venta de hacienda.

La sequía tomó protagonismo en la última etapa del  invierno, pero pese a toda la hacienda se siguen vendiendo y eso fue lo que se vio hoy en el remate general de Colombo y Magliano en la Rural de Ayacucho.

Repartido por etapas, con una venta de reproductores en el medio, el gran equipo de la octogésima consignataria se distribuyó en cada una de las categorías para darle agilidad y encontrar las firmes manos a la hora de recibir ofertas. Con Carli y Claudio Fuentes, la hacienda gorda inauguraba la primera parte en los corrales con algo de consumo, vacas y toros, que rápidamente encontraron diferentes destinos, entre matarifes y alguno que se llevó la hacienda nuevamente al campo.

Como para romper las estructuras de una tarde puramente ganadera, después de colocar los reproductores Angus y Hereford, y antes de volver a los corrales, los variados lotes de vientres pasarían por la pista central para poder ser colocados. Vacas preñadas y paridas retomaban las riendas del general para darle paso a la recta final donde se venderían los lotes de invernada.

Corrales más cargados, otros no tanto, eran el paisaje de un mes de septiembre que juntó terneros y terneras de variado tipo y tamaño para los interesados de siempre que dicen presente cada vez que Rolando anuncia la subasta. Manos de un lado y del otro del alambrado le pedían a Carli que le bajara el martillo para poder ir completando jaula.

La hembra estaría a cargo de Santito Silveira, quien mantendría el ritmo de la subasta bajo la siempre fiel supervisión de “don Rolando”. Precios de mercado, siempre un poquito más abajo que el macho, fueron la constante del primer al último lote de terneras, que como en el macho no quedó nada sin vender.

Pasó un nuevo general de Colombo y Magliano en Ayacucho, con los de siempre y alguno más que no quiso estar ausente y pujó por la clásica hacienda que se encuentra en la Capital de ternero.

RESULTADO