Más picante que Pereyra

En una tarde de las más frías del año, con mercados revolucionados y un dólar que se iba para arriba como un globo de helio, este miércoles 14 Hugo R. Aristegui concretó su octava subasta del año con una interesante cantidad de vacas al kilo, y una invernada que se sostiene con el paso del calendario.

En un juego de palabras  con el apodo del ex delantero de Belgrano de Córdoba, conocido por su festejo del “sapito”, las ventas en Cacharí se dieron muy firmes y de manera ágil, concretando en poquito más de una hora el total de la subasta.  Algo de consumo marcaba el inicio que de buena manera, y con precios de mercado, salían a manos interesadas que pujaron por los primero corrales.

La vaca salía a la cancha y los precios altos también, para darle continuidad con las gordas que no bajaron de los $50 y llegaron hasta los $55. La manufactura se sostuvo a precios que hacían las más cotizadas semanas atrás, y entre ésta categoría y la conserva, la diferencia que mostró Aristegui fue casi invisible.

Si bien en este remate la cantidad no fue abultada como meses anteriores, los operadores dijeron presente y le pusieron la moneda a la hacienda al kilo, que hasta en los toros se hicieron picos máximos arriba de $57. Liniers mostró movimiento y la feria del otro lado de la vía también, dejando atrás la primera parte de la venta con muy buenos precios.

La invernada pareciera no tener final en la zona de Cacharí, y si bien los lotes se achicaron la calidad sigue intacta, al igual que la de Lisandro que todavía le da alegrías a los académicos. Firmeza en el macho, y continuidad en la hembra, reflejaron valores por encima de los corrientes que no dejaron de sorprender a varios que no pudieron levantar la mano.

El productor se animó a vender, y el comprador sigue apostando a reponer y poder estoquearse, porque la pelota sigue rodando y el partido, si bien está cuesta arriba, todavía tiene minutos y jugadas por concretar. Anuncios de última hora, titulares en letra negra con el valor del dólar, son algunos de los condimentos que va a tocar atravesar, pero el productor sabe que de la única manera que se sale es trabajando, y eso una vez más quedó demostrado en los corrales de Hugo R Aristegui, en la tarde más fría de Chacharí.

RESULTADO