
Los vascos lo volvieron a hacer
Podrán correr la fecha, llover algo en la previa o juntarse con otros remates, pero lo que no se moverá nunca es el resultado final para los Belchas, que como cada año no dejan de sorprender con su torada presentada y los precios finales que marcan la pauta que lo bueno se paga, y eso pasó en la tarde de este martes 20.
Y sí, los vascos lo volvieron a hacer, y pasan los años pero los buenos remates se repiten, y como si fuese la historia del Titanic uno sabe cuál va a ser el final. Como desde hasta 17 años, Ledesma y Arana comandó la venta de esta clásica Cabaña dirigida por Juan y Carlos Eyharabide, a los cuales pareciera que los años no le pasaran, porque si uno visualiza el anterior, y el anterior, siempre los encuentra con el mismo semblante y ocupando cada uno su lugar.
Los toros Angus negros de estos hermanos reúnen condiciones a la vista, y su mansedumbre, buena presentación y resultado en el campo a la hora de trabajar, hacen que los compradores se peleen por ellos de una manera única, y que al final de la venta, siempre alguno se queda con ganas de comprar. Aquí no hay toro cabeza ni de cola, porque el precio máximo estuvo en el sexto animal, y eso marca la pauta de la uniformidad de lo presentado, pero también de lo selectivo que es el comprador a la hora de elegir el futuro padre de su rodeo.
Los negros volaron por la pista tandilense, y Luis Ledesma trabajaba pero disfrutaba de la agilidad que le daban los ejemplares a la hora de martillar. La tarde no solo sería Angus, porque en menor cantidad, los vascos, trajeron unos Hereford destacados, que al igual que con los negros el interés sería notorio, y en un abrir y cerrar de ojo ya no quedaban más toros Belchas por colocar.
Mientras Juan salía de la pista, y Carlos desde el banco mostraba su cara de satisfacción, los adoquines del ring de ventas eran pisados por otros clásicos que se sumaron a este remate. Los Shorthorn de Villa Cristina de Mársico mostraban el gran trabajo que realiza la Cabaña que año a año visita la Rural de Tandil con ejemplares destacados que conforman a su interesante clientela.
Daniel y Nicolás presentaron una torada interesante, y mientras la movían en pista, los compradores hacían sus ofertas para poder hacerse de una raza noble, que siempre encuentra respuesta cada vez que visita la Rural local. En una venta que tiene todo lo necesario para ser un clásico, los ejemplares de Lobería ya son parte de ella, y año a año aportan su granito de arena a un gran marco ganadero.
Ya no hablamos de moldes, ni de secretos muy bien guardados, que seguramente los hay, lo que sí podemos decir es que la trayectoria y el ser apasionados de lo que se hace tiene su recompensa, y lo de este martes demuestra que Juan y Carlos no aflojan en su marcha y ya estarán pensando en que toros traerán el 2023 a la Sociedad Rural.