
La vaca mostró sus dos caras
La semana se cerró desde Tandil a puro martillazo de la mano de Pedro y Raúl Alonso Ganados, que con 662 cabezas le hicieron frente al mercado con un encierre donde no faltaron categorías, pero donde las miradas apuntaban a como se iba a vender la vaca.
La sociedad Rural tandilense fue testigo de lo que marca el mercado en relación a la vaca a la balanza, ya que los valores no son los del mes pasado, y esta baja se hace notar principalmente en la manufactura y conserva. Sin embargo el binomio vélense salió a la cancha respaldado por los remitentes, y en este caso compradores, que pese a estar casi llenos no dejaron de levantar la mano.
En el otro extremo de la feria, los vientres mostraron la cara opuesta a lo que sucedió en el comienzo, y si bien la oferta era interesante, esas vacas si tuvieron valores firmes quizás hasta un poquito más que lo esperado. De un extremo al otro de los corrales las realidades del negocio se mostraron opuestas.
En el medio quedó un lindo conjunto de consumo que le dio comienzo a le venta, sumado a los interesantes corrales de invernada que volvieron a tener respuesta rápida. Los primeros entre novillitos y vaquillonas, mostraron que lo de Tandil no se ve muy seguido en el MAG, y por eso de la agilidad con la que se levantaron las manos.
Los terneros y terneras tuvieron su momento en la jornada, y a precios totalmente de plaza se fueron a los fieles compradores locales y regionales. Las más de seiscientas cabezas encerradas por la firma Consignataria tuvieron salida rápida gracias al trabajo de Luis Biaus y Pedro Alonso, que tuvieron que ajustarse el cinturón y no darle margen a los picaron compradores.
En un momento de estacionalidad para la vaca, en Tandil la semana se cerró sin sobresaltos, y a la espera de que la bocha comience a cambiar, se aguardará 30 días, para que el martillo en el sexto mes del año vuelva a sonar.