Con un encierre que superó las mil cabezas, y juntó casi setecientas vacas, Arzoz y Sucesores de Brivio volvieron a tener otro lindo remate en la feria de Tres Arroyos, posicionando al primer viernes de cada mes como un clásico para la comercialización de hacienda a la balanza, invernada y vientres.

Bajo un sol casi primaveral, la tarde de este 6 de mayo se cargaba de incertidumbre ante la gran oferta de hacienda embretada, que llegó de muchos remitentes y no dejó corral vacío. A las 15 horas Ricardo dio la bienvenida y no demoró el andar de la camioneta para empezar a colocar todo el consumo consignado, que si bien no eran de feedlot, se vendieron a precios bien de mercado.

El momento de las vacas llegó, y ante buena oferta que llenó Mataderos, el MAG y muchas instalaciones ferias, la duda iba a ser si los frigoríficos tenían lugar, cuestión que se develó raídamente cuando las manos se empezaron a levantar y los precios se sostenían muy firmes. Otro de los jugadores importantes que tiene el binomio, cada vez que da remate, es el que la busca para llevársela al campo, y con todas las condiciones dadas por parte de los productores, las que van para invernar también tiene sus ofertas importantes.

Todas las gordas, manufactura y conserva se vendieron bajo el firme martillo de Ricardo y Tomás, que sin mermarle al tranco,  no aflojaron en ningún momento sus pretensiones. Algunos toros a valores de plaza le ponían el final a lo que era el sesenta por ciento del remate, que tenía por delante lindos lotes de invernada y el cierre de la mano de los vientres.

En esta oportunidad los terneros y terneras encerrados eran una linda oferta para criadores y engordadores, ya que además haber lotes de cantidad, la calidad estaba presente en cada uno de ellos. Machos y hembras le daban continuidad a la agilidad de un martillo, que pese a la cantidad, nunca aflojó el ritmo, y con valores similares a los que se encuentran en otras ferias, toda la invernada se subastaba bajo el fuerte sol tresarroyense.

El final iba a estar a cargo de un conjunto de vientres preñados entre vacas de segunda y tercera parición y CUT. Velozmente las 60 cabezas distribuidas entre estas dos categorías de colocaban a precios más que razonables, para ponerle el final a una venta que salió en tan solo una hora y media.

Cantidad, calidad, agilidad y manos hoy son un clásico de los primeros viernes en Tres Arroyos, donde Arzoz y Brivio cargan los corrales para ofrecerle la oportunidad al productor de vender una o cien vacas, y al vendedor de comprar en una plaza que se afirma mes a mes.