
El Hereford copó los corrales de Rauch
La Rural de Rauch fue el recinto de una venta ciento por ciento Hereford en la tarde de este martes 20, y de la mano de Cabaña El Cencerro, Arribere, Ugarte y Cía. junto a Sucesores de Brivio y Cía. se encargaron de colocar el importante conjunto de vientres y toros a los fieles clientes que esperan el desembarco de estas haciendas.
Bajo un sol primaveral, los pampas ocupaban una importante cantidad de corrales en todas sus categorías, y con vientres preñados y paridos y reproductores machos, la jornada se iba pintando cada vez más marron y blanca. Una raza que está volviendo a tener el protagonismo histórico, y casualmente de la mano de una familia pionera, iba a desplegar todos sus dotes en una plaza muy selectiva a la hora de hablar de ganadería.
Con los habituales de siempre, y alguno nuevo que supo de lo que pisaría la pista central de Rauch, las tribunas se fueron cargando a la espera de que el primer toro pisar el ring de ventas. Ricardo Arzoz tomaba la posta y haciendo sonar el hierro comenzaría a trabajar la venta en un remate liberal con la intención firme de que cada criador se hiciera de un toro de El Cencerro.
Uno a uno fueron pasando los pampas ante la atenta mirada de Miguel Tezanos Pintos, que como en una suerte de cábala, se lo encontraba en el mismo lugar que en años anteriores. La venta trabajada por las dos firmas iba encontrado respuesta de los asistentes que saben lo que se ofrece cuando uno menciona el apellido Pereira Iraola.
Los toros ya eran historia, y como en una constante de esta campaña, la selección dijo presente en cada uno de ellos. Misma selección que se encontraría cuando los vientres paridos y preñados pisaban la pista, ya sea generales o registrados, los compradores tenían elegido el suyo y por ese iban a pujar.
La calidad en estas categorías en una fija cada año, y así lo entendieron quienes esperaron el momento de hacerse de una buena madre Hereford. Nada pasaba de largo y armando jaula o simplemente eligiendo un lote, los oferentes le dieron agilidad al martillo hasta llegar al final.
El Hereford fue protagonista otro años más en Rauch, donde la soledad le sentó bien y el trabajo de todo un año se recompensó de buena manera, no solo por los promedios finales, sino porque la genética de El Cencerro sigue ocupando cada vez más lugar.