La segunda venta de Marín G. Lalor en 25 de Mayo tuvo un encierre genuinamente zonal, y con gran acompañamiento de manos, salió de muy buena manera en cada una de las categorías para sostener un mercado que se expresa a través de la oferta y la demanda.

Francisco y Santiago lo volvieron a hacer, y con treinta días de diferencia desde su subasta inaugural, cargaron nuevamente los corrales con hacienda gorda, invernada y vientres. Interesante respaldo de remitentes repitentes, y otros que se sumaron a partir de hoy, hicieron que la feria de la Rural local volviera a tener movimiento.

Algo de consumo especial, sumado a una interesante cantidad de vacas, invitaron a los operadores zonales y del Mercado a levantar su mano y pujar para completar jaula. Novillitos y vaquillonas mostraban que lo bueno no abunda, y secundados por las gordas, manufactura y conserva, ponían primera en una jornada que era amenazada por la lluvia.

La invernada tuvo su momento, y sin lotes muy grandes se defendió a base de calidad, y en el momento que avanza la zafra lo encerrado por el binomio veinticinqueño hizo que los valores no se salieran de libreto. Terneros y terneras, entre pesados y livianos fueron del agrado de los compradores que calculadora en mano no dudaron ni un poco a la hora de ofertar.

Si bien la situación del país no es la mejor, el ganadero y productor le sigue apostando a las patas, y así entendido para que tipo de negocio es cada categoría, ofertó sobre el final por unos lindos lotes de vaquillonas preñadas. Firmeza y agilidad dijeron presentes en el segundo del año para Martín G. Lalor en 25 de Mayo, que sin pensarlo ya tiene fecha para el tercero, esperando que pasen los 30 días para que el martillo de Agustín vuelva a sonar.