Así se presentaron los toros y vientres Angus de Cabaña Lomas Pampas de la familia Falabella en la tarde de este viernes 15 de septiembre en la Sociedad Rural de Olavarría, donde la consistencia y el respaldo genético, fueron bien correspondidos por los compradores que nuevamente acompañaron el remate número 34.
Con una presentación destacadísima, los negros y colorados se impusieron en la pista central y rápidamente comenzaron a llover las ofertas desde la tribuna y contra el alambrado. Buenas condiciones comerciales invitaban a que las manos e levantaran para hacerse de un producto con el respaldo y selección de 59 años.
Juan Wallace le ponía su impronta a la linda tarde olavarriense, y los compradores zonales, regionales y otros con algún kilometro más, ofrecían lo que tenían para poder hacerse de un puro controlado de Lomas Pampas. Avanzaban los lotes pero no bajaba la intensidad de compra ni la homogeneidad de los ejemplares, que siendo muy ponderados por los oferentes, terminaban haciendo un promedio más que interesante.
Párrafo aparte para los toritos de 18 meses, que como un producto diferenciado de la cabaña, van encontrando la clientela año a año, y hoy sobre el final de los toros, las manos también se levantaron por esta propuesta. Agilidad, firmeza e interés muy marcado ante una torada destacada le darían el paso a lo que se podría definir como la sorpresa de la jornada.
Un conjunto de vientres paridos hacia levantar el murmullo de los asistente ante el gran estado corporal, teniendo en cuenta la seca y dificultades que azotan al campo, lo presentado por Falabella hizo mover rápidamente las ofertas de la tribuna, y en un abrir y cerrar de ojos, ya no quedaban más vacas con terneros al pie. Mismos adjetivos para las vaquillonas preñadas parición marzo, porque como se suele escuchar en los remates, eran soberbias desde todo punto de vista, y si bien podrían caberle algún peso más, se clocaron firmes y a valores quizás de los más altos que muestra hoy el mercado.
El cierre a cargo de los vientres arrimado por criadores invitados fue la parte más trabajosa para el martillo de Juanchi, que si bien buscó todas las herramientas posibles para vender, se topó con la selectividad de los compradores, y la falta de campo que hoy juega un papel fundamental.
Se puede concluir que la historia respalda, pero el trabajo y la consistencia de 59 años son más que suficientes para confiar en los productos de Lomas Pampas y lo sucedido este viernes en un fiel reflejo de ello.