La Camila de Fernando Castillo celebró su segundo remate anual en su Cabaña, y como suele decirse pusieron toda la carne al asador, porque la gran oferta de reproductores Hereford se vio coronado con la venta del Gran Campeón de Palermo, que se llevó todas las miradas y un gran precio en la hermosa tarde de este viernes 23.

Pero no solo el mejor ejemplar de la raza fue lo especial, porque para llegar a la frutilla del postre hay que pasar por diferentes platos del menú anteriormente, y eso sucedió con lo expuesto en pista por la familia castillo. Como para arrancar además del GCP, pusieron a disposición, del corazón de su producción, unas terneras y vaquillonas P. Hereford puras de pedigree que fueron el deleite de muchos asistentes que desde temprano las habían marcado.

Elecciones, venta de 50% y una genética pampa que no es fácil de encontrar se dispuso en pista para que Paddy hiciera todo su show y llevara bien intensa las ventas. Todo el equipo de Madelan desplegado entres las gradas y sillas para estar atentos a las manos que no querían dejar de pujar por semejante mercadería.

La tarde avanzaba, el sol pegaba fuerte, y entre refresco, pasteles, pasta frola y alguna medialuna los toros puros de pedigree se iban colando ante la atenta mirada de los criadores que buscan Hereford de punta.  El trabajo minucioso en elegir buenos padres iba mostrando sus cartas con los reproductores que fueron muy bien recibidos y pagados por la clientela que desde temprano ya los había elegido.

El momento del puro registrado llegaba en la jornada de viernes por los pagos de Olavarría, y con una oferta para todos los gustos, los pampas pasaban de a tríos por el ring de ventas. El martillo tomaba temperatura por el ida y vuelta con los oferentes, y manteniendo la intensidad, entre don Pedro y garrotazo al banco, Mac Grath hacía de las suyas para defender la producción de los Castillo.

Cada uno eligió su toro y con precios más caros o más baratos, la venta fue totalmente liberal para qua la genética de La Camila se distribuyera a diferentes puntos cardinales, no solo locales y regionales, si no también traspasando las fronteras de la provincia de Buenos Aires. Quedaba solo ver pasar los vientres PR preñados, que ya tenían sus ojos puestos y esperaban el momento final para lanzar las ofertas.

Todas las vaquillonas de la Cabaña fueron colocadas al igual que las terneras generales del invitado, y con un público que aguardó  hasta el final, quedaban los saludos de rutina y finalizar esta segunda venta anual. Satisfacción y caras de haber cumplido con los esperado se visualizaban en Fernando y familia, que decidieron abrir las puertas de su casa, para mostrar desde su cocina, como produce la Camila sin guardarse nada y poniendo toda la carne al asador.