
Con o sin gente
Hugo R. Aristegui volvió a cargar los corrales de las instalaciones ferias de Cacharí, donde como viene ocurriendo en época de cuarentena, no caminó el carro pero sí sonaron los teléfonos para colocar en la tarde del miércoles 10 una gran oferta de hacienda, que como no podía ser de otra manera, tenía el destaque y firmeza en la invernada.
Con o sin gente el precio de la hacienda viene firme, principalmente para los invernaderos que buscan en el ternero un respaldo para su dinero, buscando en la inversión de capital y marcando valores firmes en los renglones de los más livianos. La incertidumbre financiera y el contexto mundial hacen que el productor busque respaldo confiable y los machos y hembras, por ejemplo, que ofrece mes a mes Cacharí, son una buena opción.
El feedlotero saca y saca cuentas y se enreda en la puja para poder comprar ante un criador que con otros números y pasto en el campo tiene más margen para ofertar. Y así, como sin querer queriendo, se llegó al de mitad de año con mitad con gente y la otra en soledad.
Como en cada subasta la gorda y la conserva también ocuparon su lugar en la feria del otro lado de la vía, y con valores prácticamente similares a los de Mataderos, lo que sale en la primera parte de cada remate también se vendió en su totalidad.
Se extraña la tierra volar, el cuidado con el carro, al almuerzo de parado y los mates del final, pero lo importante es que el campo sigue andando, los remates vendiendo y el productor comercializando para hacer la rueda girar. Cacharí sigue juntando hacienda, y espera en cualquier momento volver a abrir sus tranqueras para que amigos y clientes puedan caminar detrás de sulky, ya sea acompañando y levantando la mano para poder comprar.