Así se presentaba la jornada en Tres Arroyos en la tarde de hoy para el remate de Arzoz y Suc. De Brivio, que pese a la coyuntura y valores previos en el Mercado de Liniers, lograron un interesante y firme remate avalado por los remitentes, y confirmados por los compradores que se dieron cita en la feria de la Sociedad Rural.
En un contexto donde la cosa comienza ponerse más oscura, el binomio tandilense y tresarroyense volvió a tener un interesante encierre en la Capital del Trigo. Buenos lotes de consumo, importante cantidad de vacas al kilo, alguito de invernada y unos bien puestos vientres completaban las más de seiscientas cabezas ofrecidas.
Si bien el panorama en la previa llenaba de dudas y nervios a los organizadores, la confianza de los remitentes y el aval de las órdenes y compradores que iban llagando, hacían pensar que la subasta podía salir adelante. Sin mayores pretensiones y entendido el momento, Ricardo salía a las pistas con unos lotes importantes de consumo, y para empezar a calmar las dudas del comienzo, la respuesta de los oferentes no tardaron en llegar tanto en calidad como en valores.
Roto el hielo de los primeros corrales el martillo (en este caso la libreta) empezó a sonar fuerte ante una demanda que mostró interés y buenos precios por las vacas. Gordas, manufactura, conserva y varios con destino campo le dieron a la tarde precios firmes y sostenidos que en más de un renglón superaron los del mercado.
La invernada esta vez no pareció llevarse bien con algunos chaparrones y por ese motivo no llegaron todas las remisiones programadas, quedando seguramente anotadas para la próxima fecha confirmada. Libretazo a pleno llevaron a la camioneta y a don Arzoz a enfrentarse a los últimos tres corrales de vacas preñadas en la previa muy anunciadas.
Productores que apuestan a la ganadería y una mercadería bien puesta se conjugaron rápidamente para ponerle el fin a la jornada, y de un martillazo las 35 a un mismo dueño se colocara.
Una hora y un poquito le bastó a Arzoz y Cía. y Suc. De Brivio y Cía. para volver a decir presentes en Tres Arroyos, y sacar adelante un remate que en la previa mostraba más dudas que certezas, pero que en el final dejó más alegrías que tristezas.