Volvieron los remates en Tandil y en plena pandemia del Covid-19, Ledesma y Arana concretó este lunes 20 el mensual del mes de abril, sin saltear ninguna fecha en este 2020, cumpliendo hasta el momento cuatro de cuatro.

Con todas las recomendaciones del caso, bajo estrictos controles y un público únicamente comprador, tomando la distancia social y resguardándose con barbijos, la Consignataria pudo realizar una subasta en la que juntó hacienda a la balanza, invernada y vientres. Con demanda puntual para cada categoría, las ofertas llegaron a un carro activo que le hacía frente al coronavirus.

Con un mercado hecho tal cual marca Mataderos, los días que tiene ingresos, las vacas en todos sus renglones salieron de manera firme, manteniendo la tónica de las últimas jornadas.  Un consumo característico que ofrece Ledesma y Arana en cada mes decía presente al igual que los precios que por momentos, tanto en novillos como en vaquillonas, llegaron a los cien pesos.

Esta vez el remate no se agrandó en el sprint final, pero si tuvo sus buenos corrales de terneros y terneras, que en esta zafra 2020 vienen saliendo de buena manera, y hoy pese a que la cantidad de gente se redujo, la oferta no se achicó. Machos y hembras encontraron buena respuesta del otro lado, y en época de cuarentena la campaña avanza firme con la selectividad que caracteriza a cada uno de los compradores a la hora de realizar la oferta.

Se organizó distinto, se achicó el ingreso de público, se vieron caras con barbijos y un paisaje diferente a lo que acostumbra a verse mes  a mes, pero así y todo el productor pudo vender, el comprador comprar y Ledesma y Arana, en época de pandemia, logró subastar.