Carlos Iannizzotto, presidente en licencia de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), decidió dar un paso importante en su carrera dirigencial y se suma a la política con la intención de ganar una diputación por la provincia de Mendoza.
Días atrás, Iannizzotto lanzó su precandidatura a diputado nacional por Mendoza por el Partido Federal, desde donde promueven “fomentar la producción, desarrollar empleo genuino e impulsar la cultura del trabajo”. Acompañan al referente del movimiento cooperativo Laura Carbonari, Carolina Montiveros, Rachid Bestani, Adolfo Brennan, Victor Doroschuk, Cinthia Norambuena, Daniel Borgia y Adolfo Innocente. Además, Gustavo Majstruk será precandidato a Senador Nacional.
El Partido Federal se propone representar al sector productivo, apoyar a los pequeños y medianos productores y a toda la actividad PYME del país, generadora de la mayor parte del empleo. “Hay que trabajar sobre la federalización, el fomento y la protección de las economías locales, en un Estado ágil que promocione la actividad privada, en políticas regionales de desarrollo equitativo. Tenemos que realzar el arraigo de los mendocinos a su tierra; respetuosa de sus recursos naturales, con políticas activas, inclusivas y sostenibles ambientalmente”, dijo Iannizzotto esta semana en una entrevista.
El precandidato comentó los motivos que lo llevaron a ingresar a la política, la relación del campo con el Gobierno de Alberto Fernández en medio del conflicto por el cepo a las exportaciones de carne vacuna, y cómo desde el Congreso se puede aportar soluciones a los problemas del campo, entre otros temas.
- ¿Cuáles fueron los motivos que lo llevaron a involucrarse en política y dejar el gremialismo rural por un tiempo?
- Creo y estoy convencido de que el tema fundamental de la situación tan colapsada de la Argentina no es tan económica, sino política. Hay que mejorar la política y venimos con esa intención, a ver si podemos mejorar los canales de diálogo, los programas, las propuestas. Y menos protestas. Hay que establecer puentes y favorecer las políticas públicas. El sector productivo no es entendido en su profundidad. Arriesga y tiene un enorme potencial, pero necesita una política de confianza y apoyo que le permita lograr desarrollo y crecimiento.
- ¿Por qué no es entendido el sector agropecuario? ¿Y por qué carece de representantes que se involucren en política?
- La política está muy desprestigiada. Hay una política que es muy dañina, grosera, y por eso a muchos les cuesta dar el paso, arriesgar el nombre y apellido. Nos parece que hay una falta de conciencia y protagonismo como ha pasado en otros países que, en la medida que se organizaron las gremiales o los sectores y dieron el paso político, lograron un salto de calidad. Nos falta esa conciencia en nuestras entidades: no es bien vista la persona que pasa a la política, o vista como oportunista.
En mi caso, me lo pidieron en el ámbito productivo de Mendoza y luego el tema fue consensuado en Coninagro. No era una cuestión particular, sino corporativa, en conjunto. Pero nos falta conciencia de esto, que hay que mejorar la política. Tenemos que comprometernos, porque la política partidaria está cerrada con cinco llaves, y nuestra propuesta productiva de las pymes y el sector agro está vinculada a ciclos, a inversiones a largo plazo, a una mirada de naturaleza, que son otros tiempos que la política de sociedad de rendimiento, que son ya.
- Para solucionar los problemas de la producción y de las pymes hay que ordenar la macroeconomía ¿cómo se puede lograr desde una banca en Diputados?
- En primer lugar, poniéndole a los grandes temas macro un freno. Por eso son muy importantes los acuerdos a nivel provincial y nacional. Cuando me preguntan ¿Vas solo? No, no voy solo. Voy acompañado de un grupo de legisladores a nivel nacional que vamos a tirar para que haya transparencia en la Ley de Presupuesto, la mayor ley que involucra al país y que no tiene ningún tipo de control. La institucionalidad es otra fase fundamental, vinculada a la reforma de la Justicia, al Consejo de la Magistratura. Si no hay inversiones no vamos a poder superar la macro y cuando hablo de inversiones no hablo de externas, sino de nuestro propio empresariado.
En tercer y cuarto lugar están las leyes propias del sector que le van a dar una mayor oferta de bienes y van a mejorar la situación: la ley de semillas, la de seguro agrícola, la relacionada a la mejora de los suelos y la de economías regionales, que tenemos la intención de volver a presentar, si los mendocinos consideran que puedo representarlos, y la ley pymes. Todo eso hay que presentarlo y creo que va ayudar a recomponer la situación de la macro y de ahí vendrá lo que necesitamos, un empleo genuino.
Todo esto acompañado con la Educación, que depende del Poder Ejecutivo, pero desde el Congreso vamos a tratar de velar para que haya un presupuesto de gestión educativa hacia la territorialidad y la descentralización, que busque una Educación que esté vinculada a solucionar problemas de los educandos y no en una situación enciclopédica que hoy pasó de largo y no está vinculada a la economía del conocimiento.
- ¿Por qué en los últimos años no se logró en el Congreso nacional legislar para el sector agropecuario, sancionar aquellas leyes que necesita el sector?
- Porque se ha urbanizado la política, y mira de espaldas a la producción y el ciudadano, si no hay acuerdo electoral, en general, por algunas determinadas leyes ‘tampoco te voto las otras’. Hemos podido propiciar, ver que alguna de estas leyes famosas que están vinculadas a las leyes de ambientes y humedales, en el sector privado últimamente se ha mejorado la convivencia de las entidades privadas. Sin embargo, en la política no se ha aprovechado esta coincidencia. En la ley de semillas estuvimos muy cerca, pero la lectura electoral se convirtió en una corporación, que si no arreglan cuestiones pendientes, no salen. El tratamiento legislativo no está independizado, sino que está fundado en una maquinaria que está vinculada siempre a los votos y al ejercicio del poder y no al bien común.
- Hablamos mucho del sector agropecuario, pero su intención es representar a los mendocinos. ¿Cuál es la realidad política y económica de la provincia?
- La semana pasada, en San Rafael, en una reunión con las fuerzas vivas hablábamos de la matriz productiva, donde hace 25 años había 62 industrias, entre bodegas, empaquetadoras, fábricas de enlatados, y ahora quedan 2 nada más. La matriz industrial de Mendoza en los últimos 25 años ha ido en picada. En segundo lugar, la infraestructura, tanto en caminos, como la conectividad hídrica, están bajo un signo interrogante muy fuerte. Veo a un Gobierno nacional que ningunea a la provincia y con un oficialismo en Mendoza con transparencia, buen diálogo, pero debilidad en la gestión. Mi preocupación es darle mayor vigor a las políticas mendocinas, para que no sean ninguneados los recursos, hacer las transformaciones necesarias. Ya llevamos muchos años de sequía, este año no ha nevado casi nada, la única forma de reemplazarlo todo eso es con presupuesto para mejorar toda la red hídrica y la red subterránea de riego. Ahí tenemos varias obras que si pensamos en solucionar temas macro, Mendoza puede ser beneficiado con créditos internacionales para desarrollar Portezuelo del Viento, la doble vía que falta con San Juan, que ellos la tienen y falta la parte nuestra, la doble vía de San Rafael, entre otros proyectos de obras a realizar.
- Si asume como Diputado, será en el momento en que el Congreso tendrá que analizar una vez más la ley de emergencia económica que se aprobó en 2019, y donde hay facultades para el Gobierno para aumentar retenciones, entre otras cosas. ¿Hay alguna propuesta para llevar a la cámara de diputados sobre la problemática impositiva?
- Nosotros pensamos en reflotar la ley de economías regionales, que hay que integrarlas a todas en una matriz productiva y bajo ese sentido revitalizar la producción, que todo lo que está vinculado a potenciar la ley, que todo lo que está en marcha con el Consejo Agroindustrial, en el cual se buscan recursos que están vinculados a la mayor producción y no a una mirada extractiva como tiene el Gobierno. Está directamente ligado al impuesto a las ganancias, a las tasas de importación de bienes, que pueden darle muchos recursos al Gobierno, va a posibilitar una mayor recaudación de bienes, producción y terminar con esto de que el Gobierno viene por la rentabilidad y que haya leyes que alienten a la inversión.
Las leyes del Consejo Agroindustrial y la de economías regionales lo que hacen es bajar la presión impositiva, volcarlo al impuesto a las ganancias, y de esta manera el Gobierno tendrá mayor recaudación de bienes, pero con mayor producción y generación de empleo.
- Hay preocupación en el ámbito del Consejo Agroindustrial, del que participa Coninagro, porque no hubo avances para dar tratamiento a la ley que promueve el aumento de las exportaciones y el empleo, y que cuenta con el apoyo del oficialismo y la oposición. ¿Se encuentra una explicación a todo esto?
- Fundamentalmente es la grieta, porque si tenés un sector privado y unido, más allá de las internas que pueden existir, hemos ido puliendo y conversando para poner certeza a que situaciones que están fácilmente planteadas por el sector privado en un sentido social, porque en ningún país las exportaciones han generado pobreza, sino todo lo contrario. Creemos que de esa manera, yendo al Congreso con gente que entienda, podemos romper con esta grieta de las dos posiciones y un oficialismo que está encerrado en su ideología. Acá hay que romper la ideología y usar el sentido común.
- ¿Considera que lamentablemente se va a producir un nuevo conflicto entre el Gobierno y el sector agropecuaria ante la falta de respuestas y ante una política que no fomenta la producción?
- Sí. El Gobierno sigue citándonos como lo ha hecho durante tantos años, para informar y nos envuelve en una apariencia de diálogo, pero en realidad no existe ningún diálogo, sino que es una información y luego lo que se promete no se cumple en absoluto. El Gobierno sigue eligiendo al campo como enemigo, porque en su dialéctica y en su ideología está construir poder buscando un enemigo y no construyen puentes. Lamentablemente este conflicto va a seguir.
El consumo se fomenta con mayor producción y más trabajo, y lo que propone el Gobierno es un mayor asistencialismo. Y lo que quiere el campo, la producción y las pymes, es que le saquen el pie de encima y el Gobierno está muy cómodo en esa posición, porque no sabe dialogar y solo sabe imponer.
- Cuando anunció que se iba a involucrar en política señaló que no se sumaba al oficialismo o a Juntos por el Cambio. ¿Ambos gobiernos lo desilusionaron?
- Ambos Gobiernos están profundamente vinculados con la ideología, que impide ver el sentido común, están alejados de lo que la gente quiere de la producción e indudablemente que el kirchnerismo estuvo muchísimos más años y están muy ideológicos. En el caso del macrismo hay una debilidad y lamentablemente Mauricio Macri es quien nos devolvió al kirchnerismo. Y esta lectura tiene distintas facetas para hacerla y nuestro espacio político quiere diferenciarse de ambos, sabiendo que uno va por la institucionalidad del país, que es muy grave esto y con la Justicia que quiere llevársela puesta. Y creemos que el macrismo está envuelto en un acuerdo electoral que le impide tener identidad y no tiene la suficiente fuerza para romper a un gigante con pie de barro, porque el kirchnerismo, lamentablemente, con el grado de pobreza que cada vez va en aumento, su fuerza política se debilita más. Nuestra fuerza política es independiente, que está apoyada por los sectores medios y las pymes.
(FUENTE: Infobae Campo).