Con lluvia en la previa y quizás en el después, Ledesma y Arana logró concretar un importante remate este viernes en la Rural de Tandil donde, como cada mes, las haciendas se fueron sumando sobre el final y terminó colocando 2.305 vacunos entre gordo, consumo, invernada y vientres.

Pasada las 11.30 de la mañana Luis remarcaba las recomendaciones protocolares que nos implica atravesar esta pandemia y le empezaba a dar ritmo vertiginoso a los primeros corrales de vacas gordas que desde el principio mostraron interés y valores firmes. Continuidad con la manufactura, conserva y toros iban haciendo entrar en calor la garanta del martillero, que no les daba tregua a los fieles compradores de estas categorías que cada vez son más buscadas en las ferias.

Consumo, que siempre dice presente en cada remate de la Consignataria de la calle Maipú, sería el escalón siguiente de lo que ya era un mediodía bien ganadero. Vaquillonas, novillitos y novillos dejarían su huella en el cierre de la semana con el detalle de que cuando aparecía la calidad y terminación en feedlot, también lo hacían las manos con más generosidad.

Cambiar de sector en la feria y enfilar a los destacados lotes de invernada, que tanto en machos como en hembras iban a encontrar manos y calculadoras de ambos lados de los corrales. Si bien el número está más fino, cuando aparece la clase y calidad no hay otra que levantar la mano y ser consecuentes con la ofertas, y así lo entendieron en la primera parte de la zafra los compradores que buscan hacienda que rinda.

Vaquillonas y terneras, con un poco más de análisis por parte de los oferentes, parecían hacer bajar un cambio al remate, momento en el cual la voz de Luis se hizo presente y, marcado algunos puntos a los compradores, retomó el ritmo que hasta el momento venía manteniendo la jornada. Moneda más, moneda menos no quedó ningún lote sin vender, y así la zafra que hoy había expuesta fue llenando jaulas y encontrando nuevos destinos.

El broche en la previa de los 26 años de la firma lo iba a poner un conjunto interesante de vientres que llegaron a la feria por liquidación de campo. Vacas nuevas y usadas, preñadas y paridas se irían rápidamente a productores que apuestan a la reposición, y que esperaron hasta este momento de la tarde para poder concretar su compra.

La confianza y el respaldo hacia Ledesma y Arana siguen intactos y se demuestra cada treinta días, porque los encierre se agrandan, los clientes aumentan y el negocio sigue firme para cada una de las piezas que lo componen. 2.305 vacunos  son una buena manera de adelantar lo que será en 30 días un aniversario al cual por ahora, lo único que tiene en duda es la fiesta.