Un poco más de una hora cincuenta bastó para que 104 toros y 69 vientres se colocaran de manera bárbara en la tarde de este jueves 16 en Estación Invernadas, donde con gran acompañamiento y una firmeza desatada en cada corral, San José de Soto volvió a marcar uno más para su historia en la hojita del almanaque.

Así como los define Ricardo Arzoz, los cuatro por cuatro de Madariaga volvieron a brillar en las lindas instalaciones que tiene la cabaña, y con el 78 por ciento pre ofertado, ya marcaban el ritmo que iba a tener la subasta.  Negros, colorados y pampas volvieron a sobresalir desplegando toda su categoría, dejado en claro que el trabajo que realizan los Soto tiene su destacado mercado, que año a año repite o aparece por primera vez en busca de los reproductores imponentes que salen de la Cuenta del Salado.

Con elecciones y en algunos lotes obligaciones, la torada fue pasando bajo el sol de la tarde que calentaba Estación Invernadas, y a valores destacados, desde el primero al último, la mayor atención fue captada por los aptos para vaquillonas. Toros cien por ciento vendidos le daban el paso a un lindo conjunto de vientres Angus y Hereford preñados y para entorar, y como no podía ser de otra manera, Ricardo le metió martillo firme del primero al último corral.

Palo y palo el oriundo de Tres Arroyos le dio ritmo a la tarde con toda su impronta, no dejando nada sin vender, y  jugando en un ida y vuelta con las tribunas, en lo que ya es un clásico del partido de Madariaga. Escoltado por el patrón Arzoz no hacía más que cantar el número de toro, porque a la vista de todos, el resto estaba expuesto en pista.

Están los remates trabajosos, los que enfrían por momentos, a los que le faltan manos y después está el de San José de Soto, dinde ofrece sus 4 x 4 que año a año nadie quiere dejar de comprar.