La semana de remates se cerró en Cacharí, donde con un gran encierre de vacas a la balanza y destacados lotes de invernada, Hugo R. Aristegui superó las tres mil trecientas cabezas poniéndole el broche al de mayo, donde las buenas manos dijeron presente para dejar valores, que en varios renglones, superaron la media.

Cuando uno dice vacas en los remates, pareciera que los compradores ven a la llorona, porque automáticamente salen de la compra y huyen despavoridos, cosa que no sucedió hoy del otro lado de las vías. Mucha oferta con y sin destino China parecían ser las dos alternativas de la jornada hasta que los que tiene campo para darle otra oportunidad entraron en juego y ahí el ritmo de la puja cambió.

Tomás Arzoz tenía la tarea de no dejar nada de lo embretado a la balanza sin vender, y ayudado por el encierre, de lotes completos y marcas liquidas, hizo valer su lugar en la camioneta ante muchos compradores que dijeron presente. Para invernar, faena o exportación las vacas marcaron la tónica de un remate que no padeció tener tanto en los corrales, y aprovechando de los buenos oferentes que forjó con el tiempo, hizo que lo que es un cuco para muchos, hoy en Cacharí pasara sin sobresaltos.

Hablar de zafra en mayo tiene como un ejemplo claro el encierre de hoy en lo de Hugo, porque los novillitos, terneros, vaquillonas y terneras volvieron a dar la nota ante una demanda que al enfrentar cada uno de los lotes se mostraba sorprendida. La clase y calidad jugó su partido, y cuando estas se conjugaban en un corral, los valores rompían con la media que se viene dando.

Tantos los machos como las hembras tuvieron su jugador estrella, y ya sea con Ricardo o Tomás, las ofertas no dejaban de aparecer, y cuando posaban el ojo en algún conjunto puntual, se olvidaban de la calculadoras. Los primeros para el engorde y la recría, y las segundas sumando el destino madre, hicieron que la tarde muestre que la Cuenca del Salado todavía tiene resto por ofrecer.

La cuenta pendiente, no solo en este remate, son los vientres, que cuando no gozan de un estado óptimo, se pone difícil que las manos aparezcan, ay que los campos no están sobrados de pasto, y el recupero de esa hacienda quizás no pueda funcionar. Lo importante es que de buena manera todo salió en su contexto, dejando una buena imagen para la Casa, que el mes de junio, con un encierre parecido, volverá a hacer sonar el martillo del otro lado de las vías.